viernes, 30 de octubre de 2009

Noctámbulos...

Dicen que un alma trastornada no duerme por las noches, que si tomas un té de lechuga se te apacigua el espíritu.

He contado cualquier especie que se me ocurre y mis cifras nocturnas han resuelto la extinción de las especies, millones y millones de individuos en cada grupo poblacional: millones de tortugas, millones de koalas, millones de borregos.

Otras sabias lenguas recomiendan la pasiflora, excelente remedio natural contra las noches nostálgicas.

Unas cuantas horas de ejercicio y el enfermo recupera el sueño.

Si los sabios del pueblo jamás se equivocan, fui un bebé un tanto atormentado, que al paso de los años se convirtió en un ser trastornado, obsesivo, ojeroso y despeinado, cuyo cerebro jamás se duerme y cuando lo logra parece que no existiera un mañana.

Después de unos cuantos años de transitar en condiciones insalubres, por este mundo que tan bien descansa por las noches, un mundo que al parecer no tiene el alma atormentada, ni cuentas pendientes ni ideas inconclusas, me topé con el mejor de los remedios para mi mal: un caldo nutritivo que alivia los corazones noctámbulos: un marido comprensivo y amoroso, más una enorme comunidad de noctámbulos ciberadictos para acompañar el plato.


Saltando de nuevo...

La zanca saltarina!!!

1 comentario:

COmpa dijo...

esta bueno... saludos