miércoles, 21 de julio de 2010

Clasificación de las crisis en orden de importancia.

Eso de andar en crisis es un extraño sentimiento que debe vivirse de forma universal: usar el traje de beatlejuice todo el día, el cabello enmarañado, dar vueltas alrededor de la cocina y hablar en voz alta con uno mismo. Cuando esos síntomas llegan, todos los recibimos como se hace con un viejo amigo; los reconocemos, los abrazamos, los alojamos algunos días en la estancia y luego los despedimos.

También podemos nombrar aquellas crisis en las que se tienen grandes ideas o se compran objetos extravagantes, los portadores disfrutan de la euforia que las acompaña y por la mañana pueden olvidar la resca con un buen vaso de lluvia que limpie el organismo.

En otras ocasiones brotan algunos síntomas que no están anotados en el recetario de remedios para el mal tiempo, esos que corresponden a la sensación que deja el visitante que se va instalando poco a poquito en el hogar, con calma, imperceptible y que no sabemos con qué nombre de pila llamarlo.

Después de varios meses lo convierte a uno en el eterno inconforme, con constante comezón en la cabeza y erupciones en la piel y es entonces cuando uno debe elegir entre inventarse un remedio novedoso y efectivo que pinte la piel de verde u otorgarle a la visita sigilosa, su nueva habitación.


Saltando de nuevo... La zanca saltarina!!!