sábado, 25 de septiembre de 2010

nostalgias...

Cuando la terquedad se convierte en el machete que despeja la maleza, nos quedan unas gotas de constancia y un tanto de incertidumbre sobre el verdadero motor de la búsqueda.

Con tan sólo unas nostalgias por guardar en la maleta, un par de lagrimitas para el camino y bastante soledad como refrigerio, nos dan el aviso de partida.

Y si te das cuenta de que comienzas a convertirte en quien querías ser, pero que dejaste sobre el colchón unos cientos de pedazos de piel, la metamorfosis se torna peligrosa.

Sólo el saber que retornaremos con tremenda espátula para despegar los restos e incluirlos en el equipaje nos permite continuar el caminito, de la mano y no con soledades... en simbiosis de sueños, con un hogar compartido.






Saltando de nuevo... La zanca saltarina!!!